Sin duda alguna el Ajo Negro es el protagonista en estos tiempos de las cocinas más contemporáneas en varios lugares del mundo.
Y no es para menos; los ajos negros caramelizados poseen un sabor exquisito. Al momento someterse a un proceso de fermentación, el ajo empieza su transformación a un color oscuro, culminando en un tono muy cercano al negro -lo que le da su característico nombre-; mientras el característico olor que espanta vampiros, poco a poco desaparece.
Pero la transformación más importante la apreciaremos en su textura que con las semanas se tornará cada vez más suave, y en términos más específicos, “con notas ligeramente afrutadas, sabor a ciruela y café”.
El tiempo de maduración, nos aproxima a la sensación de un sabor profundo pero suave, que crea una curiosa mezcla de matices dulces, ácidos y salados.
Incluso, algunos especialistas en gastronomía asocian su sabor como el umami, el quinto sabor, el complemento al salado, dulce, ácido y amargo, que nuestras papilas gustativas podrían diferenciar… hasta hace poco que los japoneses notaron que el vacío inexplicable en la corta escala de sabores humanos, faltaba algo.
El tratamiento de los ajos seleccionados es bastante comprensible, más no su secreto: Se someten las cabezas de ajo temperaturas y humedades determinadas por un periodo de 30 a 45 días dependiendo las condiciones de temperatura y humedad de la granja.
Durante el proceso químico que implica oxidación y fermentación, las propiedades del ajo blanco se convierten en super propiedades: Obtiene hasta 10 veces más antioxidantes que el ajo común. También consigue propiedades antimicrobianas, antioxidantes, inmunoestimulantes, vasodilatadoras, anticoagulantes, y enriquece sus contenidos de vitamina c, vitamina a, calcio, fósforo, proteínas, yodo, así como vitaminas B.
Pero si aún lo dudas, siempre Google te mostrará porqué el ajo negro es una tendencia por la amplia novedad de su aspectro gustativo, y cómo se va convirtiendo en un condimento esencial en las cocinas más contemporáneas del mundo.